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Doctrinas Fundamentales - Hábitos impuros y corrompidos

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Hábitos impuros y corrompidos

Yahweh no nos ha llamado a inmundicia, sino a santificación (1 Tes. 4:7). Debemos reflejar una vida santa y espiritual en el mundo en que vivimos. Debemos experimentar la necesidad de apartamos de todos los hábitos impuros y corrompidos que no agradan a Yahweh. El hombre de Yahweh debe abstenerse de todo hábito que sea dañino y contamine su cuerpo. Ninguna práctica o uso de cosa que altere la honestidad, la vergüenza o la modestia, se deberá encontrar en el creyente que es miembro del cuerpo de Yahshúa.

La razón principal para que un creyente se abstenga de todo hábito impuro y corrompido es porque Yahweh le ha escogido para que su cuerpo sea templo o morada de su Espíritu Santo. Por ello Saulo expresó: "¿No sabéis que sois templo de Yahweh y que el Espíritu de Yahweh mora en vosotros?" (1 Cor. 3:16). Por esa razón, Yahweh pide que nuestro cuerpo sea conservado limpio y santo. La Palabra nos dice que "si alguno violare el templo de Yahweh, Él destruirá al tal, porque el templo de Yahweh, el cual sois vosotros, santo es" (1 Cor. 3:17). El deber de todo creyente es vivir dentro del marco de la voluntad divina, para que pueda practicar esa santidad la cual Hebreos 12:14 enfatiza, sin ella "nadie verá el rostro de Yahweh".

El Apóstol Saulo, al darnos una lista de las obras de la carne, declara enfáticamente que los que practican tales cosas no entrarán al reino de Yahweh. "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, soberbia, altivez de rostro, avaricia, vanagloria, detractores, calumnias, hipocresía, orgullo, vanidad y cosas semejantes a estas, de las cuales os prevengo como antes lo he dicho, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Yahweh  (Gálatas 5:19-21).

Todo el que ha aceptado a Yahshúa como su único y suficiente salvador personal, tiene que vivir una vida nueva. Siendo los hijos de Yahweh templo para su Espíritu Santo, éstos tienen la obligación de cuidar su cuerpo, conservándolo en santidad y pureza, libre de toda concupiscencia, impureza y cosa degradante que pueda empañar su vida o contaminar su cuerpo. Deben, por lo tanto, evitar el uso de enervantes, alucinógenos o estimulantes. Ninguna práctica o uso de cosas que altere la honestidad, la vergüenza o la modestia, se deberá encontrar en los creyentes. Saulo nos exhorta a que "renunciemos a la impiedad y a los deseos mundanos y vivamos este siglo templada, justa y píamente" (Tito 2.12).


Fundamento Escritural

Yahweh nos ha llamado a santificación. 1 Tes. 4:7

Somos templo del Espíritu de Yahweh. 1 Cor. 3:16

No debemos violar el templo del Espíritu Santo. 1 Cor. 3:17

Sin santidad nadie verá a Yahweh. Hebr. 12:14

Nuestros cuerpos son para glorificar a Yahweh. 1 Cor. 6:20

Tenemos que ser una nueva criatura. Col.3:5-10, 2 Cor. 5:17

Yahweh habitará por medio de su Espíritu en nuestros cuerpos. 2 Cor. 6:16-18

Debemos andar como verdaderos hijos de Yahweh. Rom. 13:13-14

Los que practican las obras de la carne no tienen parte con Yahweh. Gal. 5.19-21

Tenemos la obligación de renunciar a la impiedad. Tito 2:12

Es la voluntad de Yahweh que vivamos en santidad. Rom. 12:1-2